Sunday, 25 November 2012

El cornudo paso a paso

No es  necesario que me supliques más, cornudo. Te voy a permitir que me veas follar, que asistas de rodillas y con el cinturón de castidad a tu puesta de cuernos. Así que venga, sal de ahí, que mi amante nos está esperando. Es que sin ti esto no tiene morbo, cornudo mío.

Tú le das la salsa de la humillación y sólo verte ahí, gozando/sufriendo al vernos embobado como te hacemos cornudo, nos da un placer adicional tremendo. Ni te lo imaginas. Los cuernos sin ti son menos cuernos, menos gozosos. Tú nos das el mayor placer.

Y ahora entra en nuestra habitación. Y digo nuestra, pero no tuya que quede claro. Nuestra, sí, pero de mi amante y mia porque ya sabes que tú duermes y vives en la jaula y tu sitio lo ha ocupado un hombre de verdad, un verdadero macho que me hace gozar y sabe estar en su sitio como hombre de la casa.

Tú no eres hombre. Ni tan siquiera mujer. Eres una putita sumisa cornuda que sólo goza con la humillación, cuando otro macho con una buena polla se folla a la mujer que amas, a la madre de tus hijos, a la mujer con la que te casaste. Ese es tu placer, tu felicidad.

Lo sabes, porque siempre me lo dices. Y también se lo dices a él cuando le das las gracias de rodillas y le chupas la polla para agradecerle que te haga cornudo, que haya ocupado tu lugar como hombre de la casa y te haya relegado a ti a menos que el servicio.

Y ahora que hemos llegado échate en el suelo que voy a prepararte. te voy a quitar el cinturón de castidad, un momento, para que  se te ponga durita y podamos disfrutar de tu pollita.

Y además me vas a lamer el coño que me has depilado esta mañana para que mi macho me encuentre guapa, tenga libre acceso y nada impida que su polla entre en mi adorado coño, ese coño que tú ya no catas y que no catarás jamás.

Así que venga, lámeme bien cornudo y excítame para que mi macho me encuentre jugosa, mojada y bien dispuesta para ser follada por él.

Y ahora observa como me folla, con qué pasión e intensidad. Como me la clava y me coge del cuello para que no escape, para que su polla choque contra mi útero, para que la sienta planamente en mi coño. Cómo me hace gozar, cornudo, algo que tú jamás has conseguido.








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